jueves, 31 de mayo de 2012

El significado de la amistad

Esta mañana al ir a hacer la compra una furgoneta con rotulo de una frutería me ha pitado con insistencia y el conductor me ha saludado muy efusívamente; era nuestro amigo Oliver. Os voy a comentar quien es y porque le llamo amigo. Mirad, es un ecuatoriano que lleva trabajando en esa frutería desde hace bastantes años, nosotros lo conocimos en su trabajo y desde el primer encuentro siempre ha sido amable, educado y servicial. En este tiempo le hemos ido conociendo a nivel personal, por un solo motivo, en ocasiones nos ha pedido consejo, sobre todo al abuelo, porque tiene un hijo que estudia en el Instituto donde los abuelos han trabajado siempre. Nuestro mérito no es otro que escucharle con atención e interés, no hacemos nada de importancia, y sin embargo eso ha hecho que nos demuestre continuos detalles de afecto. Fijaros con que poco a veces las personas se sienten queridas. Cuando leáis estos renglones, para algunos de vosotros tiene que pasar mucho tiempo porque sois pequeños, me gustaría que reflexionéis que en muchas ocasiones con pequeñas muestras de atención se puede hacer bien, y sobre todo se siente uno bien. Las demostraciones de amistad pueden ser de muy diferentes formas, pero todas ellas tienen que estar avaladas por hechos y no sólo de palabras.

También quiero que sepáis de otra clase de amigos que tengo la fortuna de contar. Os puede parecer extraño lo que vais a leer, pero son los que me ha presentado el Señor. Seguro que os preguntareis como se ha producido ese encuentro y os lo explico. Me estoy acordando en estos momentos, por ejemplo, de una empleada de un supermercado, que sin conocerme de nada, me dijo que si le podía hacer un favor. Al contestarle que si lo podía realizar contara con ello, me comentó que rezara por su madre, que estaba muy enferma y aún lo sigue estando. A partir de ese instante la tienen en sus oraciones los abuelos, pero también tiene esta nueva amiga a alguién que la escucha con atención, que muestra interes por ella, que comparte sus angustias y sus sufrimientos.



Más amigos de este tipo son mis compañeras de catequesis, las de convivencias, las de los viajes de peregrinaciones, aquellas con las que compartí muchos años la limpieza del Convento. Me viene a la memoria, especialmente, una gitana joven que durante un tiempo nos ayudaba en esa limpieza. Necesito que lo sepáis cariños mios, porque en muchísimas ocasiones le he dado gracias a Dios por haberla conocido. Cada día al terminar la limpieza nos tomábamos un café y estábamos un ratillo hablando. Vuestra abuela siempre aprendía algo de ella, y sobre todo le enseñó a valorar de todo lo que disfruto, cosa que por desgracia muchos no conocen y mi amiga la gitana es una de ellas. Ya no vive en este lugar, pero cuando vuelve y nos vemos, nos os podéis imaginar la alegría que sentimos. Quiero resaltar, y estoy segura de lo que digo, que en este grupo de amigos, que sin a penas conocer nuestra vidas, siempre estamos unidos en nuestras oraciones diarias y para vuestra abuela esto es muy importante.



Por ultimo, quiero deciros que también cuento con otra clase de amigas autenticas, que a lo largo de toda una vida me han demostrado con hechos que lo son. Creo que el pilar más importante para que se produzca esta relación es la fidelidad, entre otras muchas cosas.

domingo, 13 de mayo de 2012

La Cruz de impedidos y la abuela

En esta entrada quiero contaros como es este acto de las Fiestas que con seguridad en estos momentos de vuestras vidas ni os suena, pero no creáis que sois los únicos, porque muchos de los festeros de nuestra ciudad quizás tampoco lo hayan visto nunca. Era muy joven, puede que con unos quince años, cuando acompañando a mi hermana Maravillas me empecé a enamorar de esta procesión. Por aquel entonces se hacía todo el recorrido en la mañana del cuatro de Mayo, ya que este pueblo no era ni mucho menos lo que es en la actualidad, y aunque era costoso porque tampoco las calles estaban acondicionadas como en estos tiempos, se podía llevar a cabo en una sola jornada. Mas tarde, no hubo mas remedio que hacer el recorrido en dos días, que es como se hace en la actualidad, en las mañanas del cuatro y cinco de mayo.
Todavía no os he contado en que consiste; sencillamente en llevar la Santísima Cruz a todos los hogares en los que haya algún enfermo o impedido y que tenga el deseo de adorarla. Cuando vuestros padres tenían la edad que aproximadamente tenéis vosotros, Ignacio, Alvaro o Pablo,, me los llevaba para que pudiesen participar. Ayudaban en lo que podían, como por ejemplo en ir todo el trayecto tocando una campana que va anunciando el paso de la Cruz por las calles. Os puede parecer que ese servicio carece de importancia, pero os equivocaríais porque este trabajo resulta necesario y costoso, y el ir tocando esa campana durante unas cinco o seis horas, seguidas hace que te salgan ampollas en la palma de la mano y sea muy molesto, también en ocasiones la he tocado yo y se de lo que hablo. En otras ocasiones, la abuela ha tenido que llevar una de las baras del Palio porque no iban suficientes hombres para realizar esta tarea; no os he comentado que la Cruz la lleva el sacerdote bajo el Palio, y en total son cuatro las personas que se necesitan para poder transportarlo. Muchas veces he llevado uno de los dos faroles que acompañan a la cruz en todo momento, que también pesan lo suyo cuando lo sostienes un tiempo largo, y por eso he podido entrar acompañando al sacerdote a los hogares de los impedidos, y he podido vivir la emoción que los embarga cuando besan esa Cruz. Estoy segura que el Señor derrama su misericordia de muchas formas y para muchas personas ha sido y sigue siendo ese acto de amor.

Existe un momento en el recorrido que es especialmente emocionante, aunque antes eran dos; la visita que se hace a las monjas de clausura. Antes se visitaba a las monjas Carmelitas y a la Claras. En la actualidad solamente se hace la parada en las Claras, porque las Carmelitas ya no residen en nuestro pueblo. Esta parada es muy bonita, se ha realizado siempre; cuando entra la Santísima Cruz se deposita en una mesa que está debajo de la cúpula de la Iglesia por donde hay un pequeño orificio del que caen cientos de pétalos de rosas como obsequio que hacen las religiosas por la presencia de la Santísima Cruz en su iglesia. Este año he podido hacer todo el recorrido los dos días, y doy gracias a Dios por ello. Ya solamente voy de acompañante, porque mis fuerzas no me permiten realizar ningún otro servicio y además, desde hace unos cuantos años el numero de personas que participan es muy numeroso y van suficientes personas para poder cubrir todos los puestos. Espero que algún día os enamoréis de este acto, porque os lo aseguro que merece la pena.