domingo, 9 de febrero de 2014

Reyes 2014.


Ya ha transcurrido más de un mes desde que aconteció este hermoso día y aunque sea brevemente, quiero dejar plasmado una vez más las sensaciones vividas, para que cuando seáis mayores podáis recordarlas con agrado.
Mirad, en todos los acontecimientos de nuestra vida, si nos lo proponemos, siempre podremos sacar algo positivo, incluso en situaciones de sufrimiento. Preparar un día de Reyes lleva su complicación porque son muchas las cartas que se tienen que redactar y no siempre se tienen las ideas claras. Es cierto que lleva su trabajo, pero si nos fijamos en la ilusión de todos en esa hermosa mañana creo que merece la pena. Os he comentado en ocasiones que para ayudar a crear una ilusión lo menos importante es la edad. Los abuelos ya somos bien mayores y sin embargo cuando bajamos la escalera para ver que regalos vamos a encontrarnos dejados por los Reyes, os lo puedo asegurar, parece que somos dos chavales.
La impaciencia por llegar a casa de los titos, vuestro nerviosismo, vuestros rostros llenos de alegría, todo ello te hace darte cuenta de que ha merecido la pena el trabajo que acarrea. No  olvidaros nunca que todo esfuerzo siempre tiene su compensación.

domingo, 2 de febrero de 2014

Mi número 8


No quiero dejar transcurrir el tiempo sin dedicarte esta entrada a ti, Álvaro. Sabes que eres nuestro número ocho favorito. Ayer, por vez primera, hiciste el debut como jugador en el pueblo de tu padre. No sabes con la ilusión que todos esperábamos ese momento. Había preparado la comida con antelación para que todo estuviese a punto y no perderme, mejor dicho, que los abuelos no nos perdiéramos  ni siquiera el calentamiento. Así lo hicimos; todos estábamos allí, tíos, primos, hasta Marta estuvo animando  a nuestro jugador preferido. Me habría gustado que tu equipo hubiese ganado, pero el resultado es lo de menos. Lo más importante es que pudimos ver como disfrutas jugando y  por supuesto nosotros también lo hicimos acompañándote. A menudo digo lo mismo, pero no me voy a cansar de repetirlo:  siempre damos gracias a Dios por estos pequeños momentos y otros muchos que nos hacéis sentirnos agradecidos por todo lo que nos dais.
La abuela aprovechó la ocasión para celebrar el cumpleaños del abuelo que como sabéis es el próximo día ocho. Apagó sus setenta y ochos años con toda la ilusión al verse rodeado de todos vosotros.
Lo peor de ayer, que tu estabas enfermo y tu madre  también. De hecho os fuisteis pronto porque la fiebre apareció en los dos. Ya en el partido estabas mal, pero como buen profesional aguantaste como un valiente.