viernes, 11 de mayo de 2018

Cruz de Impedidos 2018

Una vez más, tengo que iniciar esta entrada dando las gracias a Dios. Yo, desde que era muy joven, siempre he sido partícipe y me ha gustado acompañar a nuestra Cruz en su visita anual a los enfermos. Mirad si hace tiempo, que entonces el recorrido se hacía en un sólo día, porque lógicamente el pueblo no era tan extenso. Perfectamente conocéis mi edad: 78 años, desde el 30 de abril pasado. Pues bien, un año más, ¡reto conseguido¡ .
No sé si habrá sido mi último año, tampoco me preocupa, porque tengo claro que al igual que a lo largo de  la vida se van abriendo etapas, también hay que cerrarlas con naturalidad. En estos momentos necesito transmitiros los sentimientos de este año.
Han sido dos mañanas muy intensas, de caminar distancias muy largas, desde las 8,45 hrs y hasta las 2,30 hrs.  Cuando ponemos ilusión en alcanzar alguna meta, el esfuerzo no importa. Esto nos puede valer para cualquier acontecimiento que deseemos conseguir.
El segundo día, tuve una sorpresa que me llenó de felicidad. Vuestro padre, Ignacio y Alvaro, apareció muy temprano para realizar también el recorrido. Soy consciente del esfuerzo que le supuso, pero también estoy segura de que lo disfrutó. Desde muy pequeños, vuestros padres me acompañaban y ayudaban en el festejo, por ejemplo, tocando la campana anunciando que la Cruz iba por la calle, o a llevando el palio. Son experiencias vividas que se quedan en el fondo de nuestro corazón y que gusta volver a experimentar.
Termino como en el inicio: gracias Señor por todo  lo que me das.

Para nuestro caballista Alvaro

Me gusta narrar distintos momentos de vuestras vidas para que siempre permanezcan en el recuerdo. En esta  ocasión, estas líneas van dedicadas a nuestro Álvaro. ¿El motivo?;  muy sencillo, como todos sabéis, ha sido este dos de Mayo del dos mil dieciocho su bautismo en la cuesta para vivir por primera vez la carrera de los Caballos del Vino.
Desde bien temprano estábamos todos con nuestros pañuelos al cuello esperando ese hermoso espectáculo de los caballos del vino, vestidos para la ocasión con sus mejores enjaezamientos. Pero a nuestro protagonista, lo que le tenía realmente inquieto y nervioso, era pensar que se le acercaba el momento  de estar a pié de cuesta viviendo y disfrutando, junto a los tios y su padre, de algo nuevo y por lo tanto,  esperado con impaciencia esa primera experiencia de la que tanto había oído hablar.
Como conocéis, es el segundo en debutar. Ignacio ya lo hizo hace cuatro años y en este no ha podido venir por los estudios, pero en verdad que lo hemos echado mucho de menos . Significa que os estáis haciendo mayores, y que poco a poco se van abriendo nuevas etapas en vuestras vidas. Cuando te vimos salir con tu padre nos emocionamos, y recordamos muchos momentos vividos cuando eras pequeño. Pasa el tiempo a una velocidad vertiginosa.
Antes de irte, los abuelos te hicimos toda clase de recomendaciones para que fueras prudente, pero que a la vez lo disfrutaras. Y efectivamente, a tu regreso, venías cansadísimo, pero  muy contento. Son momentos muy especiales que como todo en la vida se tienen que cuidar. Los abuelos somos muy mayores, pero gracias a Dios, la ilusión no la perdemos, porque tenemos la suerte inmensa de teneros cerca, de sentirnos muy queridos y de que nos ilusione todo lo que a vosotros os hace felices.