Me gustaría saber plasmar bien lo que sentimos los abuelos cuando nos dicen nuestros hijos que nos van a dejar a los nietos un tiempo. Para nosotros es una alegría inmensa que nos crea una gran ilusión. Así es como nos hemos sentido este fin de semana.
Cada vez estoy más convencida que es mucho mayor el bien que recibimos cuando nos los dejan, que lo que nosotros hacemos. Sin duda han sido unos días " moviditos, " pero tan llenos de alegria y vida que puedo asegurar que no he sentido el cansancio que correspondería con arreglo a la edad que tengo.
Hemos disfrutado de los seis nietos a tope.Ellos sueñan con estar juntos. Cuando saben que lo van a poder hacer, se pasan todo el tiempo preguntando cuando van a poder reunirse.
Me gustaría que cuando fueran mayores pudiesen recordar los días pasados en casa de los abuelos, como algo entrañable y repleto de cariño. Así es como nosotros nos sentimos y espero que lo perciban. En este pasado fin de semana, hemos realizado todo tipo de actividades: juegos, dibujos, máquinas, deberes (de la tablas de multiplicar se ha encargado el abuelo), y también trabajos culinarios. Voy a aclarar en que ha consistido esta última actividad. Han elaborado ellos solos los rollos que ya nombré en otro comentario. Cuando afirmo que lo han hecho "solos" es literal. Nadie puede imaginar el gozo que para mi supone verlos a todos con sus delantares, las mangas bien subidas, sus manos limpísimas, y disfrutando como verdaderos "currantes". Además no se conforman con hacer una sola receta, sino que ya son especialistas en varias, unos con naranja, otros no, etc.
Se me olvidaba añadir que además hemos celebrado el Santo del abuelo y de uno de nuestros hijos, por lo tanto también los nietos han participado en la elaboración de las tartas para su celebración. Dos de chocolate, una con azucar y otra con sacarina, puesto que tenemos dos diabéticos en la familia. La verdad es que te das cuenta, como a veces nos sentimos mal por cosas sin importancia, como por ejemplo , que no nos salgan todos lo rollos iguales, y que más dá, sólamente de verles las caras de disfrute, ya merece la pena todo lo demás, la harina que haya que recoger, o las manos que se tengan que lavar, o que en vez de parecer rollos sean como pequeñas tortas. Lo que si puedo afirmar es todo está exquisito, porque el ingrediente más importante lo lleva más que de sobra, el cariño y amor conque están realizados.
Siempre les comento a sus padres que deberían grabarlo y tenerlo de recuerdo para cuando sean mayores. Pero también es cierto que estos " trabajos " los realizamos cuando estamos solos.
Cuando el domingo por la tarde nos quedamos solos los abuelos, rezamos el Rosario en acción de gracias, por haberlos podido disfrutar a tope, por haber tenido fuerzas para poder hacerlo y porque nos sentimos unos abuelos privilegiados por ser tan queridos por nuestros seis nietos. Es verdad que nos consideramos unos abuelos encantados de serlo.
1 comentario:
Tengo por "grande"una frase:" El amor, si es amor, nunca debe suponer trabajo aunque lo suponga".
La vida, dirán los no creyentes..Dios, digo yo, se ha encargado de que las semillas que"caían" de vuestras sucesivas cruces,volvieran a ellas y hoy por fin,veáis el fruto en esos "pajaricos" que ríen alrededor vuestro.(Mi Padre, cuando alguno de mis hijos salía de unas anginas o de un catarro.. decía: "el pajarico ya piula")...
Y es que Dios es generoso con todos, pero con los que como vosotros dáis a manos llenas, un poco más. Enhorabuena, sabes que soy feliz con vosotros.Besos.Q.
PD:hace muuuucho tiempo que no pruebo esos rollos, pero doy fe de que levantan a un muerto,y los que no tienen forma de rollo, más.
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