Meditando un poco con esta pequeña anécdota, tengo que decir que lo que le he dicho es la pura verdad. Os aseguro que no sé nada de esta chica, y recibir sin ningún motivo una muestra de cariño tan espontánea te sorprende y sientes agradecimiento sincero. En cualquier edad es muy importante el recibir muestras de afecto, pero supongo que esa importancia se agudiza cuando se llega a la de vuestros abuelos. Por eso me repito y lo seguiré haciendo mientras viva: los abuelos somos más que privilegiados por sentirnos tan queridos, principalmente por todos vosotros y por vuestros padres, pero también por otras personas que sencillamente por tratarlas con normalidad te lo demuestran con sus gestos.
Como hago a menudo he querido compartir esta pequeña vivencia, porque estoy segura que solo por mostrarnos con naturalidad con las personas que a diario compartimos pequeños momentos, sin hacer ninguna proeza, conseguimos que mutuamente nos sintamos bien. Este mundo es demasiado agresivo y nosotros, mejor dicho vosotros, con vuestros comportamientos adecuados, estoy segura que podéis poner vuestro granito de arena para que ese mundo mejore un poco. Os queremos tanto que por mucho empeño que pongamos nunca podremos expresaros ni remotamente todo el caudal de amor que brota continuamente de nuestros corazones.