Como todos sabéis el primer día de noviembre fue el cumple de nuestro Álvaro, nada menos que cumplió dieciocho años. Lo celebramos unos días después porque a la mayoría le venia mejor así, y solo nos faltó Tere y Eladio.
Cuando me detengo a pensar un poco me doy cuenta de lo mayores que estáis casi todos. Todavía nos queda Marta y Javier para poder disfrutar de sus juegos.
Como en cada acontecimiento pudimos celebrarlo con ilusión y muchas ganas de poder disfrutar de todos vosotros. Sois el motor de nuestras vidas. A veces yo también me pregunto como es posible que siga teniendo tanta ilusión y fuerzas para, como en esta ocasión, preparar la comida para los dieciocho que nos reunimos, y además hacer migas.
Ya sabéis que vuestra abuela no miente nunca, pues os aseguro que no me canse, ni hice un gran esfuerzo. Estoy segura del motivo; vosotros que conseguís que me olvide de la edad que tengo y que gozo con todo mi ser de veros juntos.
Álvaro, estas lineas van solo para tí, y desde lo más profundo de mi ser te digo lo que tantas veces te repito: la mayoría de edad te tiene que valer para ser mas responsable, para darte cuenta de los padres y el hermano que tienes, para dar gracias a Dios porque eres un privilegiado, porque tienes muchos dones y tienes que saber aprovecharlos, porque tienes cuatro abuelos que te queremos con locura, porque tienes unos primos que igualmente están deseando estar contigo, porque tus padres desde que naciste no han hecho otra cosa que estar pendientes de ti, y no escatiman nada por ayudarte y por muchas cosas mas.
No sé si tantas cosas como os he dicho y os he escrito en este blog os servirá a lo largo de vuestras vidas para ser mejores personas, pero espero que sí. No soy nada más que un pequeño granito de arena en el desierto, pero siempre actuó pensando que es lo mejor.
Cariño mio, como siempre termino dando gracias a Dios, y nosotros también somos privilegiados por sentir vuestro cariño.
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