Son las ocho de la tarde, os acabáis de ir todos e igual que a vosotros os ha hecho ilusión estrenar lo que os han echado los Reyes, pues a vuestra abuela también, estoy escribiendo en el ordenador portátil que nos han regalado al abuelo y a mí.
Este día de Reyes ha vuelto a ser especial, como tantos otros. Me hubiera gustado poder parar un poco el tiempo porque como sabéis hemos vivido una jornada muy entrañable. Querría tener la magia de grabaros en vuestras mentes para siempre algo mucho más importante que los regalos que todos hemos recibido (que por cierto tenemos que reconocer que han sido muy generosos), y es el día tan estupendo que hemos disfrutado todos juntos. ¿Sabéis lo que los abuelos todos los días le piden al Niño Jesús?; sencillamente que siempre alimentéis el quereros como lo hacéis ahora, que siempre os perdonéis, que siempre os ayudéis en todo lo que podáis, en definitiva, que aunque pasen los años y seáis mayores y los abuelos no os puedan ya convocar, seáis vosotros los que procuréis buscar el momento de hacerlo y no perdáis nunca lo que en estos momentos de vuestras vidas sentís, las ganas que tenéis de estar juntos, lo bien que lo pasáis, lo que os queréis. Las ilusiones no tienen edad, os lo repito muchas veces, dependen únicamente de las ganas que le pongamos en cultivarlas, en cuidarlas, en mimarlas. No hay nada más importante, creerme, ya sabéis que la abuela nunca os engaña.
De este día tenéis un buen reportaje fotográfico, pues los tres papás han hecho de "paparachis". Habrán salido unas fotos preciosas, con unas caras de asombro inigualables y guapísimas. Todos en realidad las debemos de tener, me refiero claro a las caras de asombro, porque la verdad es que han sido demasiadas cosas.
Como los Reyes lo ven todo, les tengo que decir que en este ordenador que nos han traido se escribe muy agusto y con facilidad, que me está gustando mucho estrenarlo como estoy haciendo ahora, que han sido demasiado buenos, y que muchas gracias.
Una vez más no podemos terminar el día sin darle gracias a Dios por lo que hoy hemos podido vivir, por la familia que tenemos, por nuestras seis preciosidades de nietos que tanto cariño y vida nos dan, en definitiva por todo.
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