Cariño mio, son casi las doce de la noche, pero a pesar de ser un poco tarde quiero comentarte algunas cosas que a lo largo de todo el día me han venido a la mente pensando en ti. Mira, la otra noche fuiste a celebrar el cumpleaños de un amigo a un Restaurante Chino; como es lógico, con ilusión y según me has comentado lo pasaste muy bien, lo cual me alegra; pero hoy me he puesto un poco nostálgica y me han venido a la memoria una serie de recuerdos de cuando tu naciste. Lo cierto es que aunque a ti no te lo parezca, has crecido tan rápidamente que cada día que vienes a vernos nos pareces más hombre, y ahora es cuando la abuela ( siempre digo la abuela pero hablo en nombre de los dos abuelos) quisiera poder transmitirte todos esos pensamientos que me han revoloteado durante toda la jornada.
El tiempo es imparable y pasa tan rápido que por eso, entre otras cosas, debemos saber disfrutar de los momentos buenos que cada día se nos presenten. Estas entrando en la adolescencia, y es una nueva etapa muy hermosa, pero como ocurre con cada una de las distintas etapas de la vida, tenemos que cuidarla para que nada ni nadie nos la pueda estropear. Voy a tratar de explicarte lo que quiero decir: ya has pasado tu niñez y la has podido vivir rodeado de muchísimo amor por parte de todos los que te rodeamos, pero quisiera hacerte hincapié sobre todo en lo que representan tus padres, que desde el primer día que se enteraron que te habían concebido dejaron aparcadas todas sus prioridades, para en cuerpo y alma velar por ti de día y de noche, cada instante, y así ten la plena seguridad que por muchos años que pasen van a seguir viviendo y desvelándose por ti, y lógicamente por tu hermano, aunque ahora estoy "hablando" de ti.
Ignacio, cariño, en tu salida de la otra noche me dijiste que te habías recogido a las once y media, tu padre te estaba esperando, quizás estaría bastante cansado, pero estoy segura de que te aguardaba sin protestar. Tu al verlo, pienso que te sentirías más seguro de la vuelta a casa. Mira, vida mía, dale muchas gracias a Dios por tener unos padres como ellos, piensa siempre que en todas las etapas de tu vida siempre vas a poder contar con ellos, nunca te van a fallar y siempre te van a apoyar, y si alguna vez te contradicen en algo, como hasta ahora también lo han hecho, es pensando únicamente en tu bien y jamás por fastidiarte. El hacerte mayor no se contrapone con perder esa complicidad tan hermosa de amor mutuo que os tenéis, y no digamos con tu hermano que sabes perfectamente que te adora, aunque a veces tengáis esos pequeños roces, ya que tu eres su espejo.
El Señor te ha colmado de una serie de dones que tienes que cultivar como hasta ahora, saber administrarlos y desarrollarlos. Es una misión importante para ti y procura que nada ni nadie te los trate de arrebatar. Dedica esta hermosa etapa de tu adolescencia a realizar múltiples actividades que te van a llevar a sentirte bien contigo y con los demás, algo muy importante para ser feliz.
No quiero cansarte más, solamente quiero añadirte, mejor dicho, queremos decirte una vez más, que te queremos con locura, que la abuela como es de lágrima floja casi no ve la pantalla ya por las lágrimas, pero que estas no son de tristeza, ni mucho menos, sino de amor, que nunca cambies tu forma de ser y que por supuesto siempre estés abierto a corregir lo que creas que no está bien, igual que haces ahora. Todos los besos que pueden salir de nuestra boca para ti.
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