domingo, 7 de septiembre de 2014

Verano 2014

  
Este verano la abuela ha sido muy perezosa y no os ha contado nada. Iniciamos el mes de julio con la llegada a Caravaca de Álvaro e Ignacio. El primero a un campamento de verano donde se  lo pasó estupendamente, e Ignacio se dedico a dar clases de padel o a ir al polideportivo con los primos o amigos, en definitiva quince días maravillosos. Después playa y el primer verano de Javier. Hay que reconocer que se ha portado muy bien, aunque la playa la ha pisado muy poco. Todos los demás sabéis que los días volaban y que ninguno tenía ganas de se acabase.
Los primeros días de agosto, el tío Pepe y la tía Eva con los primos se fueron a realizar el Camino de Santiago Inglés, por eso no habéis coincidido casi nada con ellos. Al regreso Álvaro vino un poco pachucho, todos pensamos que era sólo cansancio. Nos dio tiempo a realizar un torneo de ping-pong y tengo que dejar constancia que la campeona de 2014 ha sido la abuela. Como sabéis que no me gusta mentir os digo el truco para conseguirlo: convoqué al primo Álvaro en tres ocasiones a una hora concreta y como se retrasó, esos tres partidos los gané sin jugar siquiera, todo ello con la ayuda de su abuelo Maxi que era el arbitro.
La última quincena no ha sido buena. Al primo, como sabéis, le fueron aumentando las molestias hasta que lo ingresaron. A partir de ese momento todos hemos estado pendientes de él cada instante del día. De inmediato todos nos pusimos a rezar, mejor dicho, muchísima mas gente, hasta de Africa, y  gracias a Dios va mejorando mucho. Ayer vino a pasar la jornada con todos nosotros y le preparamos una pequeña sorpresa. Paula, Pablo, Juan y Ana dibujaron una pancarta de bienvenida, seguramente en ese momento no pudiste ni leerla, porque simultáneamente te lanzaban globos de todos los colores. Para que cuando seas mayor recuerdes lo que te pusieron lo voy a repetir; en letras muy grandes de distintos colores escribieron CAMPEÓN, GUAPO, TE QUEREMOS, los nombres de todos los primos, muchos dibujos, sobre todo corazones. Ni te imaginas con la ilusión que la prepararon. Los globos también los rotularon, pero tenemos que reconocer que no fue una buena idea, porque las manos se os pusieron muy sucias.
Como siempre, después de comer rezamos un Padre Nuestro en acción de gracias por la estupenda recuperación que está teniendo. Fue un día muy especial que todos vamos a recordar siempre, y sobre todo, lo que nunca olvidéis es cuantísimo nos queremos y lo bien que estamos juntos. ¡Ah¡ muy importante, no hubo una sola pelea.
También quiero que recuerdes, como el tito Juan y la tita Carmen prepararon un aperitivo especial en tu honor y el gran aplauso que todos te dimos al bajarte del coche. 

lunes, 9 de junio de 2014

Mateo Pastor


El título de esta entrada no os puede recordar nada puesto que no le conocéis. Espero que al final de este relato tengáis una imagen bastante próxima de que ha representado en la vida de vuestros abuelos el encuentro con esta persona.
El día 4 y 5 de mayo de las pasadas fiestas de Caravaca, como lo llevo haciendo desde que era muy joven, me fui a acompañar a la Cruz de impedidos. Os tengo que confesar que especialmente el recorrido que hicimos el día cuatro, con subidas y bajadas constantes, me consto un gran esfuerzo el poder acabar todo el trayecto, digo más, hice un esfuerzo excesivo para el corazón de esta abuela loca. Continuando con el relato, a las nueve de la mañana ya estaba yo preparada para iniciar mi andadura en la Iglesia. Al momento veo que se acerca a donde me encontraba un hombre muy risueño, con una barba abundante negra y algunas canas y el pelo rizado;  me recordó a un misionero. Sin más me dice: "que alegría Doña Pilar de haberme encontrado con usted, a esto lo llamo yo una santa casualidad".  Yo le saludé educadamente, pero sin saber quien era en realidad, aunque si pensé de inmediato que habría sido alumno mio hacía bastantes años. Me comentó que vivía en Ávila y que hacía muchos años que no había estado en las fiestas. Le pregunte por su nombre y me respondió que se llamaba Mateo Pastor, el nombre que da título a esta entrada. La verdad es que su nombre en ese momento no me hizo recordar nada especial.
Al día siguiente me reencontré de nuevo con él. A lo largo de la mañana tuvimos ocasión de hablar más tranquilamente y de recordar situaciones que tanto el abuelo como yo habíamos compartido. Mostró mucho interés en saludar al abuelo y lo pudo hacer en una de las paradas que hicimos en los carmelitas. Efectivamente también le había dado clase, concretamente de Física y Química; recordaba incluso anécdotas de sus clases. También me recordó que se fue cuatro meses a Ibiza como responsable de unas tómbolas que organizaba mi hermano Pepe para recaudar fondos para la restauración de la Iglesia, y que nosotros se lo recomendamos como persona en la que se podía confiar. Ni os podéis imaginar con el cariño que nos recordaba, con que gratitud nos hablaba y la alegría que demostraba de haber tenido la oportunidad de poder saludarnos. Al despedirnos, le comenté que tenía un viaje programado para los próximos días y que uno de los sitios que visitaríamos era Ávila.
Efectivamente poco después la abuela realizó ese viaje. Por cierto, sin el abuelo que vio más oportuno quedarse en casa por la limitación que supone el dolor de su espalda para poder caminar. Fueron unos días de un gran gozo espiritual. Hemos visitado en la ruta de las Huellas de Santa Teresa cuatro de sus fundaciones: Ávila, Alba de Tormes, Salamanca y Segovia. Hemos sido los primeros peregrinos del centenario que se ha iniciado para conmemorar los quinientos años de su nacimiento. Pues bien, el segundo día de nuestra estancia en Ávila, al regresar donde estábamos hospedados, que era un lugar precioso, ¿a qué no adivináis quién me estaba esperando en recepción a las dos de la tarde?: el mismo Mateo Pastor. Pude estar con él solo unos momentos, vino caminando y su casa estaba en dirección contraria, bastante lejos. Además, como no tenía datos concretos de nuestro viaje tuvo que buscar en muchos sitios para dar conmigo. Sus palabras seguían siendo las mismas, de gratitud y cariño.
Aunque inicialmente todo esto os puede parecer un relato irrelevante, quizás no lo sea, porque mi intención es haceros pensar que en nuestros actos es reconfortante tener un corazón agradecido. Este muchacho, que ya tiene cincuenta y ocho años, guarda un recuerdo entrañable hacia nosotros, por cosas que los abuelos ni recordamos con claridad, pero que para ese momento de su vida fueron importantes, y no sólo no las ha olvidado, sino que al tener oportunidad de manifestarnoslo, lo hizo con toda naturalidad y nos lo demostró con mucho cariño. En cualquier actividad que desarrolléis a lo largo de vuestra vida es imprescindible que le pongáis amor como primer y principal ingrediente. En el largo caminar de vuestros abuelos me parece que ese ingrediente no ha faltado nunca, ni siquiera ahora mismo falta, y solamente por habernos encontrado por la "santa casualidad" con Mateo Pastor, ha merecido la pena los sufrimientos que hayamos podido pasar como profesores, ya que estas experiencias superan con creces a todo lo demás.

domingo, 1 de junio de 2014

Comunión de Pablo y Juan


Ya sabéis que el pasado dieciocho de mayo tuvimos todos la gran oportunidad de celebrar un día grande, especial, emotivo, hermoso, alegre,.... y así seguiría poniendo adjetivos y ninguno reflejaría lo importante que puede ser para vuestras vidas la gran Fiesta, con mayúsculas, de vuestra Primera Comunión.
Desde bien temprano os dedicasteis a prepararos. Ibais guapísimos (que conste no es pasión de abuela), ya se ve en la foto que no exagero nada. También tengo que reseñar que en ese día todos nos pusimos nuestras mejores galas y hasta los abuelos estábamos estupendos.
Cuando os vimos entrar por el pasillo central de la iglesia se me saltaron las lágrimas, parecíais dos ángeles. Durante toda la ceremonia religiosa estuvisteis atentos, sin parpadear. En algún momento incluso emocionados, viviendo ese precioso momento con toda intensidad. Todo el acto resultó muy bien, sobre todo el momento culmen de recibir a Jesús.
Antes de seguir contando lo que aconteció ese feliz día os quiero transmitir un mensaje fundamental. Mirad, cariños míos, este día es sólo el inicio de otros muchos que os pueden seguir dando paz y cercanía con el Amigo que nunca os va a fallar, en el que siempre podéis confiar y que si vosotros queréis no se separará jamás de vuestro lado. No importa la edad que tengáis; ya veis los abuelos lo "jóvenes" que somos, y sigue estando a nuestro lado.  Algo que me parece importantísimo es que para que esa amistad con Jesús sea cada vez mas fuerte, tenéis que cuidarla; ¿cómo?, muy sencillo: tened la seguridad que El siempre esta dispuesto a perdonaros, que no se cansa de esperar, que su misericordia es infinita y que cuanto más cerca estéis de El, mejor os vais a sentir. Ya sabéis que la abuela nunca os miente.
Continuando con el relato de la fiesta, después nos fuimos a comer todos juntos. La verdad, vosotros no me pareció que os terminaseis los platos de comida, pero de lo que si estoy segura es que os lo pasasteis estupendamente. Lógicamente no sois conscientes de como vuestro padres pusieron la máxima ilusión en preparar hasta el más mínimo detalle con todo su amor y cariño. Siempre que intervienen esos dos  ingredientes nunca puede salir nada mal, en esta ocasión se notaba que había abundancia.
Vuestra hermana Marta, además de guapa, se pasó toda la jornada de independiente, estuvo sin parar de moverse, pero sin querer acercarse a nadie que la pudiera sujetar. Pasaba por nuestro lado como si no nos conociera. En la Iglesia estuvo con el tío Juan Fran y el primo Ignacio que tuvieron que emplear todas sus "armas" para que estuviese callada.
El plato fuerte de la diversión: el fútbol. Cuando se marchó Álvaro parecía que estaba recién salido de la ducha. Otra gran atracción el scooter eléctrico. Paula parecía una profesional, además de los hinchables y no se que cuantas cosas más. En fin, un día más que el corazón de los abuelos rebosó de gozo y de agradecimiento a Dios por haberlo podido vivir.

domingo, 6 de abril de 2014

Para Javier


Me parece que ya esta bien que te dedique una entrada. Naciste el pasado siete de enero, y muy mal por la abuela al no haberte presentado en este blog que está dedicado a todos vosotros.
Eres un sol de bebé. Te aseguro que no es pasión de abuela, pero eres guapo de verdad. Cada uno tenemos opiniones diferentes sobre a quien te pareces, pero eso es lo de menos, lo único cierto es que te dedicas a tu "trabajo" con toda responsabilidad: mamar y dormir.
Tienes la suerte inmensa de estar rodeado de cariño, amor y atenciones. Tu hermana Marta te canta para dormirte unas canciones de cuna que te encantan; dice así: "a dormir, a callar, que viene el coco y te va a llevar". También esta otra: "a rorro mi niño, a rorro mi sol, a rorro pedazo de mi corazón, este niño mío se quiere dormir y el pícaro sueño no quiere venir,  ea ea...". Como ves tienes la cuidadora mejor del mundo, tu querida hermana que este veinticuatro de abril cumplirá dos preciosos años.
Además, te habrás dado cuenta que todos los primos se te acercan con curiosidad, también los titos y abuelos. Tú que eres súper-inteligente nos regalas tus sonrisas y ya incluso te fijas mucho cuando te hacemos los cinco lobitos.
Bueno cariño, ya sabes que tu ocupas el mismo espacio que el resto de tus hermanos y primos en nuestro corazón, que te queremos con locura, y que también aportas tu granito de arena en la felicidad de los abuelos.


domingo, 9 de marzo de 2014

Cumpleaños de Ignacio


No quiero pasar por alto el hermoso cumpleaños de Ignacio, porque nada más ni nada menos que el pasado seis de marzo cumpliste quince años. Va tan rápido el tiempo que parece que fue ayer cuando con toda la ilusión del mundo nos fuimos a conocerte. Estábamos impacientes por ver tu preciosa cara; recuerdo que en la víspera de que nacieras, tus tíos Juan Fran y Eladio, a las diez de la noche se fueron a Murcia porque pensaban que ya estabas en este mundo. Se llevaron la sorpresa de que no era así, y que tus padres estaban en la clínica, pero durmiendo tranquilamente. Esta anécdota te puede reflejar las ganas que todos teníamos de contemplarte.
Mira cariño, la ilusión de hace quince años no creas que ha decaído, en absoluto, ha sido todo lo contrario, pienso que ha ido creciendo porque nos encanta estar contigo y vemos como vas haciéndote mayor casi sin darnos cuenta. Hoy has traído un amigo Ingles que está pasando unos días en tu casa. En junio irás tú a la suya.  Me ha gustado mucho ver como hablabas con él, lo haces perfectamente, con total soltura.  Incluso he sentido un poco de "envidia"  al reconocer, una vez más, mi gran laguna en el conocimiento del idioma ingles.  Pero me he alegrado mucho por ti, guapo. 

sábado, 1 de marzo de 2014

Juego de las tinieblas

El fin de semana pasado los abuelos lo estábamos esperando con impaciencia e ilusión desde que conocimos que Ignacio y  Álvaro iban a  pasarlo con nosotros porque sus padres estarían de viaje. Por fin llegó y la verdad es que se ha esfumado rápidamente.
Me gusta escribir sobre estos encuentros para que cuando seáis mayores podáis recordarlos y que como mínimo os consigan una sonrisa.
Creo sinceramente que ha sido intenso, como siempre, en cuanto a actividades se refiere. El tiempo lo habéis aprovechado muy bien, no ha habido cabida para el aburrimiento.
Como novedad es la primer vez que Ignacio, Álvaro, Pablo y Juan se han ido solos al Polideportivo. Significa que os estáis haciendo mayores. Por un lado me dio alegría, pero si soy sincera por otro me da nostalgia. Pero bueno eso es lo natural y está bien.
La segunda novedad ha sido la aparición de un nuevo juego, la que da nombre a esta entrada. Vosotros no sabíais que se llamaba con el nombre de "juego de las tinieblas", pero lo cierto es que creo que os ha servido de diversión y que habéis disfrutado mucho. Lo más importante es que no ha habido "peleas"  y habéis tenido tiempo de hacer deberes, de estudiar exámenes y de realizar  distintos juegos. Os confieso un secreto, cuando estoy con todos vosotros parece que me quitáis años de encima, no me canso de estar atenta hasta en el más mínimo detalle para que estéis contentos y felices de estar todos juntos. Bueno, todos en esta ocasión no, Paula junto con sus padres se fueron a pasar el fin de semana a Granada, nada menos que a esquiar, y también se lo han pasado estupendamente. Siempre tengo que terminar dando las gracias a Dios por permitirnos vivir tantos momentos inolvidables. Ya estamos pensando en cuando os dejarán vuestros padres otra vez para que nuevamente podamos disfrutaros lo máximo.

domingo, 9 de febrero de 2014

Reyes 2014.


Ya ha transcurrido más de un mes desde que aconteció este hermoso día y aunque sea brevemente, quiero dejar plasmado una vez más las sensaciones vividas, para que cuando seáis mayores podáis recordarlas con agrado.
Mirad, en todos los acontecimientos de nuestra vida, si nos lo proponemos, siempre podremos sacar algo positivo, incluso en situaciones de sufrimiento. Preparar un día de Reyes lleva su complicación porque son muchas las cartas que se tienen que redactar y no siempre se tienen las ideas claras. Es cierto que lleva su trabajo, pero si nos fijamos en la ilusión de todos en esa hermosa mañana creo que merece la pena. Os he comentado en ocasiones que para ayudar a crear una ilusión lo menos importante es la edad. Los abuelos ya somos bien mayores y sin embargo cuando bajamos la escalera para ver que regalos vamos a encontrarnos dejados por los Reyes, os lo puedo asegurar, parece que somos dos chavales.
La impaciencia por llegar a casa de los titos, vuestro nerviosismo, vuestros rostros llenos de alegría, todo ello te hace darte cuenta de que ha merecido la pena el trabajo que acarrea. No  olvidaros nunca que todo esfuerzo siempre tiene su compensación.

domingo, 2 de febrero de 2014

Mi número 8


No quiero dejar transcurrir el tiempo sin dedicarte esta entrada a ti, Álvaro. Sabes que eres nuestro número ocho favorito. Ayer, por vez primera, hiciste el debut como jugador en el pueblo de tu padre. No sabes con la ilusión que todos esperábamos ese momento. Había preparado la comida con antelación para que todo estuviese a punto y no perderme, mejor dicho, que los abuelos no nos perdiéramos  ni siquiera el calentamiento. Así lo hicimos; todos estábamos allí, tíos, primos, hasta Marta estuvo animando  a nuestro jugador preferido. Me habría gustado que tu equipo hubiese ganado, pero el resultado es lo de menos. Lo más importante es que pudimos ver como disfrutas jugando y  por supuesto nosotros también lo hicimos acompañándote. A menudo digo lo mismo, pero no me voy a cansar de repetirlo:  siempre damos gracias a Dios por estos pequeños momentos y otros muchos que nos hacéis sentirnos agradecidos por todo lo que nos dais.
La abuela aprovechó la ocasión para celebrar el cumpleaños del abuelo que como sabéis es el próximo día ocho. Apagó sus setenta y ochos años con toda la ilusión al verse rodeado de todos vosotros.
Lo peor de ayer, que tu estabas enfermo y tu madre  también. De hecho os fuisteis pronto porque la fiebre apareció en los dos. Ya en el partido estabas mal, pero como buen profesional aguantaste como un valiente.

domingo, 26 de enero de 2014

Viaje de novios de los abuelos


Hace tiempo que no hago ninguna entrada. Yo creo que me he vuelto un poco perezosa, pero tengo pendiente la segunda parte de la boda de los abuelos, es decir, su viaje de novios.
La primera noche de casados nos fuimos a dormir a Murcia, a la mañana siguiente teníamos previsto salir para Granada. El abuelo disponía de un gran coche, un Seat 600, para realizar el largo itinerario que con toda ilusión habíamos planeado. En los días anteriores a la salida lo había llevado a un taller a que lo revisaran con minuciosidad para que estuviese perfecto todo el trayecto.
Si tenéis curiosidad por conocer el modelo de coche que era, meteros en Internet y os quedaréis asombrados de lo amplio y cómodo que era para viajar cuatro personas, a lo que había que sumar sus respectivos equipajes. Por supuesto, el aire acondicionado era absolutamente ecológico: la ventanilla abierta
Nuestra gran aventura comenzó a media mañana del día veinticinco de junio. La guasa empezó en la cafetería en la que desayunamos. Nada más entrar en el recinto, estaba allí un intimo amigo que la tarde anterior había asistido a nuestra boda y al vernos aparecer, con bastante humor, se puso a gritar: ¡Vivan los novios¡; todos nos dieron un aplauso y nosotros sin saber que decir.
Por fin nos montamos en nuestro flamante coche y rumbo a Granada. A los pocos kilómetros notamos que  se calentaba el motor y mirando vimos que salía humo del mismo. Paramos en una gasolinera donde compramos unas botellas de agua, y el abuelo y el tito Juan le echaban agua fría al radiador, y después de un rato cuando se enfrió el motor a continuar el viaje. En aquella época no había autovías, eran carreteras con tramos incluso sin asfaltar, con una serie de curvas que ni las podéis imaginar. También tenían cuestas muy pronunciadas, y todo ello con nuestro "Ferrari", y encima calentándose cada muy pocos kilómetros. Teníamos que atravesar un tramo que era famoso por sus curvas, y a la vez por las grandes pendientes de sus cuestas. Recuerdo que iba un gitano en su burro, nosotros parando y él adelantándonos. Era el trayecto de mayor dificultad, conocido como el Puerto de la Mora. ¿Sabéis a la hora que llegamos a Granada?; nada más que a las doce de la noche. Imaginad el calor que pasaríamos y lo cansados que llegamos. Al día siguiente repararon la avería y tan contentos.
Desde esta preciosa ciudad tomamos rumbo hacia Córdoba. Por cierto, esperando entrar a visitar la Mezquita sentados en el patio de los Naranjos, a unos metros de mi pude ver a mi doble, no creáis que exagero, todavía la recuerdo perfectamente; después me arrepentí de no dirigirme a ella. Siguiente etapa: Sevilla. En ese recorrido se nos pinchó el coche nada menos que tres veces. Por supuesto que nos quedamos sin rueda de repuesto, y gracias a un coche que paro y trasladó al tito Juan a un taller donde se las arreglaron  pudimos continuar nuestra aventura.
A continuación nos trasladamos a Madrid para continuar ruta hacia Valencia con el objetivo de viajar a Ibiza. Por fin nos trasladamos a esta hermosa isla. El viaje lo hicimos en barco, por supuesto acompañados de nuestro seiscientos, que a partir de Sevilla no dio ya ningún problema. En el puerto nos estaba esperando mi hermano Pepe, ya sabéis, el carmelita. Nos llevo a un hotel en San Antonio. Estaba situado a orilla de la playa. El dueño era un íntimo amigo suyo y no os podéis imaginar como nos trataron de bien y  como aprovechamos esos días de relax después de todas las peripecias que os he relatado. Estuvimos quince días que siempre los recordamos como inolvidables.
Hicimos diversas excursiones, entre ellas a la isla Conejera, a un lugar llamado la Torreta. Era un lugar precioso y completamente virgen, lo que le confería mucho más encanto. Allí nos esperaban un grupo de pescadores, y en una de sus barcas nos trasladó uno de los miembros de la familia de pescadores. Era un gran hombre, fuerte, de pocas palabras y un corazón inmenso. Nos obsequiaron con los mejores pescados elaborados por ellos y así pudimos disfrutar de una hermosa jornada. Al regreso, ya en alta mar, y pasando por un trecho de muchas corrientes marinas de repente el motor se paró. No había ninguna posibilidad de arreglarlo, tampoco medio alguno de comunicación para poder pedir auxilio. Aquel gran hombre y excelente pescador, que por cierto quiero que sepáis que se llamaba Antonio, sacó dos remos enormes de la bodega y de inmediato los colocó y se puso a remar. Todavía tenemos la imagen de como sudaba, del esfuerzo tan enorme que tenía que hacer, de como nos tranquilizaba para que no tuviésemos miedo. Tardamos en llegar al puerto más de tres horas. La tita Carmen se mareó, el pobre Antonio sufría de verla. El tito Pepe me dio una manzana, recuerdo que nos aconsejaba que miráramos a lo lejos y la mordiese a trocitos muy pequeños. Era lógico, puesto que no había más alimento. Así resistimos y por fin pisamos tierra. Toda nuestra estancia en la isla fue maravillosa y solamente nos puede brotar de nuestro corazón sentimientos de agradecimiento hacia todas las personas que tuvimos la suerte de conocer, y sobre todo al tito Pepe que fue el artífice de todos los acontecimientos que pudimos sentir y vivir.
El regreso a la península lo hicimos a Barcelona. Los abuelos en avión, los titos en barco.