domingo, 1 de abril de 2012

A mis nietos Ignacio y Alvaro

Siento la necesidad de que en este blog quede escrito el regalazo que el Señor me ha hecho a través de vosotros. Os lo he comentado hoy mismo, pero cuando pasen unos años y leáis esta entrada, podréis recordar la inmensa alegría y emoción que ha sentido vuestra abuela este día. Cuando estábamos en Misa, a la hora de la Comunión, el P. Juan Antonio en vez de llamar para que le ayudase a dar la Comunión a otras personas con muchos mas méritos que yo para realizar ese servicio, me ha indicado que saliese yo al altar. Ni os imagináis mis sentimientos cuando os he puesto la Sagrada Forma en vuestras angelicales manos. Cuantos privilegios tengo sin ningún mérito; de corazón os digo, que para nada soy digna de hacer este grandioso servicio, pero gracias a El me lo ha permitido. Llevo años haciéndolo con muchas personas, algunas especialmente queridas, como vuestra bisabuela Carmen, la tita Chon, el tito Manolo, la tita Maravillas o la Muchacha. Y para que mi alegría sea todavía mayor, en varias ocasiones lo he realizado con vosotros, pero no se por qué, en esta ocasión he sentido algo especial. De verdad he visto acercarse a dos ángeles.

Después os he preguntado si os sentíais bien, y ambos me habéis comentado que si. No olvidéis jamas que el Señor siempre nos espera para darnos el mayor y mejor de sus abrazos, en El siempre vais a encontrar sosiego y paz.

Gracias vidas mías por estos días que estáis pasando con los abuelos, por demostrarnos tanto cariño, nuestra casa brilla de una forma especial cuando estáis revoloteando todos vosotros.