domingo, 24 de enero de 2016

La Pastora


No quiero pasar la oportunidad de escribir sobre el día de ayer. Como sabéis, vuestros padres este año a los Reyes Magos le pidieron un vale para ir a comer todos juntos, incluidos la tita Carmen y el tito Juan, a un restaurante que se encuentra en el Santo Cristo de Moratalla, llamado "La Pastora". Es un lugar precioso, a unos mil trescientos metros de altura, con un paisaje espectacular. La carretera de acceso complicada, con bastantes curvas, que a nuestro pequeñajo Javier no le vinieron nada bien, ya que se mareó un poco. La comida fenomenal, ¿sabéis por qué?; porque el principal ingrediente lo pusieron  vuestros padres, que fue el amor e ilusión con que lo organizaron. De todas maneras todo estaba riquísimo, los entremeses, las migas, los pimientos fritos, que  tanto le gustaron a Ignacio, los tropezones que las acompañaban, los buñuelos para el final, ...
Me parece que todos pasamos una jornada estupenda. Vosotros con vuestro balón y el escondite fue suficiente para veros disfrutar al máximo, y además, lo más importante: no hubo ningún rifi-rafe  y por ello lo pasasteis fenomenal.
Con esta breve entrada quiero dejaros el mensaje para siempre de que poniendo todos de vuestra parte, y que de pequeños acontecimientos como el de ayer, se puede hacer momentos únicos.
También os repito, como tantas veces lo he hecho, que : GRACIAS, sois la medicina que no se puede comprar ni con todo el oro del mundo, que hace que los abuelos se mantengan cada día mas jóvenes e ilusionados. 

miércoles, 6 de enero de 2016

REYES 2016


No me quiero ir a dormir este 6 de Enero sin expresar un año más todo lo que hemos podido vivir juntos. Tengo que gritar desde lo más profundo de mi ser:  GRACIAS, GRACIAS Y GRACIAS. Lo primero al Señor, porque nos permite vivir momentos únicos con todos vosotros. También a los Reyes Magos, que al igual que en los años anteriores, se han portado de maravilla, y sobre todo se nota que han puesto mucho amor al ir escogiendo los regalos. Soy consciente del gran trabajo, esfuerzo, cansancio y nervios que han tenido que pasar sus majestades para conseguir tan buenos resultados, pero también estamos seguros que al ver las caras de todos, plenas de ilusión y alegría, una vez más, habrán pensado: ha merecido la pena.
Os lo he repetido miles de veces, mientras yo viva lo voy a seguir haciendo; para mi siempre ha sido y es la fiesta por excelencia. Miraba al abuelo y su rostro con sus setenta y nueve años lo reflejaba todo. Si miraba a la tita Carmen algo parecido, la he visto gozar como una niña, igual que a cualquiera de vosotros. Pero, ¿y la cara de la abuela?; os lo digo yo: rebosante de felicidad, de emoción, de amor, de agradecimiento, de satisfacción, de, ... no hay palabras para poder expresar los sentimientos de vuestra abuela.
En estas Navidades hemos tenido una suerte enorme. Desde el primer día del año han estado con nosotros Ignacio y Álvaro. ¡Qué bien y que a gusto hemos estado¡. Os hemos visto disfrutar al máximo todo el tiempo. Todos os habéis portado estupendamente. La casa ha brillado de una forma muy especial. A los abuelos se les cae la "baba", pero no nos importa, al contrario, la limpiamos con mucho gusto. Os queremos con locura.