Un año más puedo escribir sobre éste día tan especial; para mí el mejor del año. En ésta ocasión, debido a la dichosa pandemia que estamos sufriendo por demasiado tiempo, hemos tenido que hacerlo de forma muy diferente al habitual. Con mascarilla, evitando el contacto físico y por supuesto sin besos. Pero lo que no ha podido arrebatarnos el dichoso Covid, ha sido la ilusión desbordante de todos, los aplausos a nuestros queridos Reyes Magos, el rezar nuestro Padre Nuestro de acción de gracias, el cariño que emanaba de todos los rostros. Hemos tenido una ausencia importante, nuestra Eva, que se vacunó la víspera y le ha producido una reacción fuerte.
Los Reyes como siempre han acertado con todo los regalos. ¿Sabéis el motivo?; es muy sencillo: difícilmente uno puede fallar cuando nuestras acciones están rebosantes de cariño. Ya sé que somos muchos, que incluso a veces sus majestades tienen problemas para elegir los regalos, pero con el ingrediente anterior jamás se puede errar.
Han sido también unas Navidades atípicas. Nuestra Marta, Javier y Pablo se han contagiado del dichoso Covid teniéndolos confinados prácticamente todas la vacaciones. Por cierto, los tres se han portado de maravilla. Álvaro, por estar en contacto directo con un positivo, también ha sufrido su confinamiento particular. Por todo ello tampoco nos hemos podido reunir en ninguna de las fechas señaladas de Navidad. Si Dios quiere, este verano lo haremos, o cuando tengamos la primera ocasión.
El año 2021 que acaba de terminar ha sido un año fuerte de sufrimiento, pero todos unidos lo hemos podido superar. Ya está borrado. Vamos a vivir el presente, a seguir con ilusión el día a día, a que nunca dejemos de querernos, porque esto no hay pandemia que nos lo pueda arrebatar.
Termino esta corta entrada dando gracias a Dios por este día tan especial y favorito de vuestra abuela. Os queremos más de lo que ninguna palabra del diccionario pueda expresar.
