¡Un nuevo año que hemos tenido la alegría de celebrar la fiesta de los Reyes Magos, el día favorito de vuestra abuela! Lo más asombroso es que mi ilusión sigue intacta, como siempre. Ya sabéis que soy una jovencita de 84 años, pero mi corazón no envejece y siempre tiene espacio para un cariño inmenso hacia todos vosotros. Estoy llena de ganas de vivir este día, disfrutando cada instante.
Quiero dar gracias a Dios, un año más, por permitirme vivirlo. La verdad es que los pajes han hecho, como siempre, un trabajo excepcional. Creo que han acertado con todos los regalos, y les debo un agradecimiento sincero. Aunque a veces es complicado, siempre vale la pena. Nunca lo olvidéis. A mis queridos pajes, quiero que sepáis que os quiero más que mucho y que os lo agradezco de todo corazón.
Me encantaron las entrevistas que hizo Javier con uno de sus regalos de Reyes. Con el micrófono en mano, se dirigió a su primo favorito, a quien quiere y admira. Tendréis que reconocer que siempre ha estado dispuesto a ayudarle a montar esos juegos tan complicados y a jugar con él. Su nombre es nuestro querido Ignacio.
Me gustaría poder expresar todo lo que siento. No sé cuánto tiempo me queda por vivir, pero quiero proclamar que siempre me he sentido tan querida por cada uno de vosotros que me considero una privilegiada. Estoy más que orgullosa de todos y agradecida. Recibo mucho más de lo que he dado. Sois todos buena gente, y para mí, eso es lo más importante.
Soy consciente de que en el futuro será más complicado reunirnos, pero con interés y esfuerzo, quizás lo logréis. Creo que merece la pena. También esas actividades que os traen los Reyes para pasar un fin de semana juntos son siempre una buena oportunidad, así que disfrutadlas siempre que podáis. Me imagino a los ocho juntos, y me encantará verlo desde el cielo.
Me está costando un poco hacer esta entrada, ya que el ordenador no va muy bien. Pero quiero, una vez más, expresaros con todas mis fuerzas y gritar a los cuatro vientos que ¡OS QUIEROOOOOOO!