domingo, 2 de febrero de 2014

Mi número 8


No quiero dejar transcurrir el tiempo sin dedicarte esta entrada a ti, Álvaro. Sabes que eres nuestro número ocho favorito. Ayer, por vez primera, hiciste el debut como jugador en el pueblo de tu padre. No sabes con la ilusión que todos esperábamos ese momento. Había preparado la comida con antelación para que todo estuviese a punto y no perderme, mejor dicho, que los abuelos no nos perdiéramos  ni siquiera el calentamiento. Así lo hicimos; todos estábamos allí, tíos, primos, hasta Marta estuvo animando  a nuestro jugador preferido. Me habría gustado que tu equipo hubiese ganado, pero el resultado es lo de menos. Lo más importante es que pudimos ver como disfrutas jugando y  por supuesto nosotros también lo hicimos acompañándote. A menudo digo lo mismo, pero no me voy a cansar de repetirlo:  siempre damos gracias a Dios por estos pequeños momentos y otros muchos que nos hacéis sentirnos agradecidos por todo lo que nos dais.
La abuela aprovechó la ocasión para celebrar el cumpleaños del abuelo que como sabéis es el próximo día ocho. Apagó sus setenta y ochos años con toda la ilusión al verse rodeado de todos vosotros.
Lo peor de ayer, que tu estabas enfermo y tu madre  también. De hecho os fuisteis pronto porque la fiebre apareció en los dos. Ya en el partido estabas mal, pero como buen profesional aguantaste como un valiente.

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