domingo, 3 de mayo de 2020

Cumpleaños abuela

Como todos sabéis, ayer vuestra abuela cumplió nada mas y nada menos que ochenta años. Os aseguro que esta edad impresiona un poco, pero no os tenéis que preocupar, puesto que aunque físicamente se note la edad, interiormente soy casi una adolescente; casi como Pablo, que también fue su cumple con sus hermosos dieciséis años.
Tenía la necesidad de hacer esta entrada por dos motivos: el primero de agradecimiento profundo a Dios y a cada uno de vosotros. Ni os imagináis la ilusión tan enorme y emoción que me llevé con vuestro regalo sorpresa. Desde la primera imagen del vídeo, las lágrimas me fluían como un manantial y también al abuelo. Miraba vuestras caras y la de los papás y reflejaban cariño a raudales. No he tenido en mi vida un regalo mejor. No existen palabras en el vocabulario que puedan expresar mis sentimientos.
El segundo motivo es también de agradecimiento, pero a vuestras madres. Brevemente os explico el por qué. ¿Sabéis por qué sentís tanto cariño hacia los abuelos? La respuesta es breve y sencilla: porque desde el primer día estáis mamando cariño hacia nosotros. Lo de mamar solamente lo pueden hacer las mamás. Por lo tanto, es por ellas por las que habéis aprendido a querernos. No puedo enumerar ahora la cantidad de detalles que he recibido cuando vosotros erais unos pequeñajos, y que vuestras mamás se han preocupado de que compartieseis momentos con los abuelos. Solamente voy a enumerar uno de Ignacio, por ser el mayor de los nietos y al que todos adoráis. En su primer cumple en el Cole, su madre tuvo la feliz idea de proponerme hacer unos royos para celebrarlo con sus compañeros de clase. Así los hicimos, y ella que es una artista, compró cintas de distintos colores y puso cinco royos atados con ellas. Bueno, pues cuando Ignacio salió del cole, su madre marcó el teléfono de los abuelos, puso al habla a Ignacio y textualmente me dijo lo siguiente: "abuela, dice mi señorita que tus royos han sido un éxito, que a todos les ha gustado mucho, menos a un niño que se llama Alvaro, pero me ha dicho que no me preocupe porque es un niño al que no le gusta nada". Para que entendáis lo que paso, pensad en quien marcó el teléfono, quien le dijo que nos llamara, en definitiva, quien tuvo el detalle conmigo, su madre. Pues podría enumerar de todos vosotros detalles iguales, gracias a vuestras madres. Desde entonces, esos royos se han quedado con el nombre de los royos de la abuela. 
Bueno, termino ya. Un millón y mas de besos de vuestros abuelos.

2 comentarios:

MARIA JOSE dijo...

Ese cariño OS lo habéis ganado vosotros. Os queremos.

JUANFRAN dijo...

Ese regalo era lo mínimo que podíamos hacer por ti, tu te mereces eso y muchísimo más. Te queremos como la trucha al trucho, como tu nos dices desde pequeños. Por muchísimos años más junto a ti.
Os quiero.
Vuestra nieta Paula.