domingo, 18 de enero de 2015

Vuestro bisabuelo Paco

Creo recordar que hace tiempo en las primeras entradas de este blog os hable un poco de vuestros bisabuelos, incluso de los tatarabuelos. En esta ocasión, os voy a contar cual era el trabajo de mi padre, porque me parece interesante y a la vez curioso.
Además de ser agricultor, una de sus actividades más importantes que hacía era la destilación de esencias. Os voy a tratar de explicar por pasos como se hacían las esencias.
Mi padre destilaba principalmente espliego, romero y tomillo. La destilación consiste en separar por medio de vapor de agua los aceites esenciales que contienen las plantas. Son sustancias químicas con mucho aroma que sintetizan las plantas y tienen muchos usos en perfumes, alimentos, cosmética,...
En aquella época, los equipos que se utilizaban eran muy rudimentarios y debido a los lugares en que se encontraban esas plantas, tenían que ser trasladados a las distintas zonas donde estas crecían. Los equipos que se utilizaban eran una caldera cilíndrica de chapa de hierro, las más corrientes tenían unas dimensiones aproximadas de 1,50 metros de diámetro por 2 metros de alto. Tenían  una capacidad para admitir hasta unos 500 kg de ramas de vegetales, es decir, de espliego, romero, o tomillo. A la caldera, a unos 20 o 25 cm del fondo, se le colocaba una rejilla, y entre el fondo y dicha rejilla se alojaba el agua necesaria para producir el vapor correspondiente de cada destilación. Sobre la rejilla se colocan las ramas de las plantas, procurando que no tocaran el agua. Era necesario que no hubiese ningún hueco durante la carga, y para eso se subía un hombre en el interior de la caldera y la prensaba al máximo. A continuación, se cerraba herméticamente con una tapa y con una masa hecha de arcilla se colocaba en la junta para evitar cualquier escape de vapor.
En la parte superior de la caldera existe un orificio por donde se colocaba un tubo que conducirá los vapores de la esencia al serpentín refrigerante, que debe estar introducido en una acequia o riachuelo en donde el agua fría condensa los vapores que llegan desde la caldera. La caldera lógicamente está colocada en un fuego directo. Utilizaban como combustible las matas o restos vegetales una vez secos, procedentes de destilaciones anteriores. El tiempo que duraba una operación completa, por este sistema, era de unas tres horas, empleando hora y media en la destilación propiamente dicha y otro tanto en  la carga  y descarga manual de la caldera.
Mientras se cargaba la caldera  se avivaba el fuego para que al término de esta operación le faltara poco tiempo al agua para hervir.
Los vapores al ascender, atraviesan lógicamente toda la masa vegetal, arrastrando el aceite esencial que contiene. Esta mezcla de vapores se condensa al pasar por el serpentin, siendo vertida en un recipiente con embudo.
La mayoría de vosotros sois muy pequeños para entender lo que os he tratado de explicar, pero algún día si tenéis curiosidad podréis profundizar mucho más y mejor a lo que se dedicaba vuestro bisabuelo Paco. Se pasaba temporadas largas en Guadalajara, concretamente en los  pueblos de Cifuentes y Sigüenza, donde se cultivaban las plantas; pero no iba en época de vacaciones, si no en el tiempo de la recolección. También en nuestra zona trabajó muy duro para sacar adelante a todos nosotros, que como sabéis, éramos una familia bien numerosa.
Quizás os haya aburrido con este relato, pero me apetece que sepáis quienes eran vuestros antepasados para que valoréis el gran mérito que tenía su vida.
Aunque no viene a cuento, ¿os he dicho alguna vez que os queremos con locura?; pues una vez más os lo digo porque me gusta repetirlo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Contaba mi padre, Paco también como el bisabuelo, que para su padre, mi abuelo, vuestro bisabuelo ( qué lío! jaja), era un orgullo sentar a sus diez hijos a la mesa y prepararles él mismo el desayuno.
Los hijos más mayores podían tomar un poco de café y los más pequeños sólo leche. Se los servía en unos tazones grandes de loza, y ahí mojaban sopas de pan. Yo imaginaba esa escena en la mesa de mármol grandísima que había en la cocina de la carretera, y también me sentía orgullosa cada vez que me sentaba a comer allí, al calor de la lumbre...
La tita Chon nos preparaba unos churros riquísimos.
La muchacha nos tostaba pan encima de unas tenazas al ladico de las brasas de la lumbre.Pelaba y partía toneladas de patatas para hacerlas al montón. No he vuelto a probar otras tan buenas... Y la Tita Maravillas siempre era quien ponía los aperitivos, y usaba para partir el embutido una tablica de madera redonda muy chica...Eran buenos tiempos...
:´(
Besos.Q.

piladio dijo...

Vuestra abuela Pilar la leche mi padre me la ponía en un plato hondo de los utilizados en la comida, con sopas de pan.